viernes, 25 de noviembre de 2022

Portafolio de talentos

Mi mirada como docente ha cambiado a lo largo de los aprendizajes que he adquirido en este curso. Especialmente y como referente, me quedo con la idea que se cada persona percibe la realidad de manera diferente, y de que en función a sus experiencias vividas nos vamos formando como persona. Es extraordinario, como define Howard Gardner en su teoría de las inteligencias múltiples, que cada uno de nosotros poseamos una combinación de inteligencias que definen nuestro comportamiento, una mezcla que genera comportamientos diferentes en cada uno de nosotros. 

El análisis que saco del resultado obtenido en el test de Inteligencias múltiples me lleva a pensar como docente, en la importancia de ofrecer a nuestro alumnado unas experiencias de aprendizaje que lo formarán como persona en un futuro. En mi caso, como podéis observar en el gráfico, me sorprende positivamente la inteligencia musical que tengo, cuando nunca he tocado un instrumento, y esto me lleva a pensar qué hubiera sucedido si desde pequeño me hubieran ofrecido la oportunidad de estudiar música. Posiblemente me hubiera inclinado por hace magisterio musical, antes que elegir educación física. Por el contrario, estoy totalmente convencido de que el bajo nivel de inteligencia matemática se debe a mi mala experiencia con esta asignatura en mi etapa como estudiante.
Con este ejemplo, quiero resaltar la responsabilidad que tenemos como docentes de ofrecer una educación que ayude a nuestro alumnado a formarse como persona, que le permita explorar y desarrollar todo su potencial, todas sus cualidades. 

Estoy totalmente de acuerdo con esta idea de “growth mindset” o mentalidad de crecimiento por la cual, la actitud con la que nos enfrentamos a los retos y aprendizajes que se nos presentan en la vida condicionan nuestra manera de ser, nuestro comportamiento. Por esta razón, se hace aún más necesario ofrecer a nuestro alumnado experiencias educativas positivas y enriquecedoras, que les permitan crecer como personas. Afortunadamente, la ciencia ha avanzado mucho al respecto y hoy contamos con instrumentos que nos ayudan a analizar todos los aspectos de nuestra personalidad. El análisis descriptivo de cada uno de estos aspectos nos ayuda a reflexiona sobre las características, comportamientos, actitudes y disposiciones que nuestro alumnado tiene hacia el aprendizaje. Además, nos permiten diseñar una respuesta educativa inclusiva y ajustada sus características. 

Está en nuestras manos este cambio de actitud, más receptivo y sensible con nuestro alumnado. Tenemos la responsabilidad de crear un ambiente de aprendizaje inclusivo, una escuela inclusiva y ajustada a cada uno de nuestros alumnos, con sus necesidades e intereses.
Salvador Páez Rodríguez


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