sábado, 26 de noviembre de 2022

¿Cómo relaciono ABP y DUA?

Estas metodologías son innovadoras, activas e inclusivas porque sitúan al alumnado en el centro de su proceso de aprendizaje. 

Por un lado, el ABP parte de las necesidades e intereses que tiene nuestro alumnado de aprender algo nuevo, de esa pregunta que se hace previamente para conectar su experiencia con los aprendizajes nuevos. Los procesos cognitivos de conocer, comprender, analizar y aplicar de la Taxonomía de Bloom son necesarios para que el aprendizaje se dé. Esta conexión dirige todo el proceso de enseñanza y aprendizaje. Una enseñanza significativa y práctica, unos aprendizajes para la vida real que le van a permitir a nuestro alumnado alcanzar unas competencias claves que va a necesitar para un futuro demandante de nuevas habilidades de adaptación, de investigación-acción y de resolución de problemas prácticos. 

El alumno se convierte ahora en protagonista del proceso de enseñanza y aprendizaje, en agente proactivo que decide qué, cómo y cuándo aprender. 

Desde mi experiencia, El ABP llegó a mi centro anterior hace varios años, como consecuencia al cambio que nos vimos obligados a tomar, especialmente el equipo directivo de entonces, para mejorar la situación en la que nos encontramos el centro. Se trataba de minimizar las debilidades que teníamos, como la movilidad del profesorado, y potenciar las fortalezas, las más importante, las ganas que tenían las familias de participar en el colegio. Como consecuencia de ello, nos convertimos comunidad de aprendizaje y potenciamos la participación de las familias en la vida del centro. Sin embargo, nos preocupaba el bajo nivel académico de nuestros alumnos, por lo que nos vimos en la necesidad de abrir nuestro centro a nuevas experiencias de aprendizaje colaborativo que motivaran a nuestros alumnos hacia el aprendizaje. Así empezamos con el ABP, concretamente con los proyectos colaborativos eTwinning.
Por otro lado, el DUA se centra en el qué (barreras de acceso a la información), cómo (barreras a la expresión) y por qué se aprende (elementos afectivos del aprendizaje). Ahora, el foco no está en el alumnado, sino en el contexto, en la diversidad de situaciones de aprendizaje que debemos ofrecer a nuestro alumnado para trabajar las múltiples formas de representación, acción y expresión (cómo percibimos la información, la comprendemos y actuamos en la práctica). En este sentido, Alan Carrington (2014) presenta la Rueda de la Pedagogía como una ayuda para relacionar las habilidades de pensamiento de la taxonomía de Bloom por medio de diversas actividades con el objetivo de trabajar las competencias del alumnado, teniendo en cuenta su motivación. Por esta razón, el objetivo de buscar situaciones reales, valiosas y útiles para formar a nuestro alumnado hacia un futuro próximo, sigue siendo el mismo. 

En mi opinión, ambas metodologías tienen un componente social muy significativo. El aprendizaje es aún más rico y significativo cuando se comparte, cuando se trabaja en equipo. La colaboración entre los miembros es fundamental para el desarrollo de nuevas estrategias y habilidades de la vida cotidiana. Hattie (2017) así lo demuestra cuando expone que los efectos y las influencias de los compañeros y compañeras, la tutorización por compañeros, el aprendizaje en pequeños grupos con agrupamientos variables y el aprendizaje cooperativo frente al aprendizaje individualista obtienen unas puntuaciones por encima de la media. 

Las actividades están diseñadas para conectar los conocimientos previos con los aprendizajes nuevos. Además, se plantean con distintos grados de dificultada para que todo el alumnado pueda desarrollarlas. Este planteamiento nos ayuda a guiar y orientar los procesamientos de información, visualización y manipulación que vamos a trabajar y permite que todo el alumnado pueda acceder y comprender los contenidos. 

En ambas metodologías, el uso de las nuevas tecnologías juega un papel fundamental porque suponen un gran apoyo para el aprendizaje y una motivación para nuestro alumnado. Además, nos van a ayudar a evaluar aquello que el alumnado debe lograr (conocimientos y competencias), a través de una evaluación, que en palabras de Coral Elizondo Carmona “Una propuesta necesaria e inclusiva”, se ajuste al nivel de cada alumno, elimine barreras y ofrezca opciones para la expresión, comunicación, representación y compromiso en cada uno de ellos/as. 
Salvador Páez Rodríguez Licencia de Creative Commons
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viernes, 25 de noviembre de 2022

Portafolio de talentos

Mi mirada como docente ha cambiado a lo largo de los aprendizajes que he adquirido en este curso. Especialmente y como referente, me quedo con la idea que se cada persona percibe la realidad de manera diferente, y de que en función a sus experiencias vividas nos vamos formando como persona. Es extraordinario, como define Howard Gardner en su teoría de las inteligencias múltiples, que cada uno de nosotros poseamos una combinación de inteligencias que definen nuestro comportamiento, una mezcla que genera comportamientos diferentes en cada uno de nosotros. 

El análisis que saco del resultado obtenido en el test de Inteligencias múltiples me lleva a pensar como docente, en la importancia de ofrecer a nuestro alumnado unas experiencias de aprendizaje que lo formarán como persona en un futuro. En mi caso, como podéis observar en el gráfico, me sorprende positivamente la inteligencia musical que tengo, cuando nunca he tocado un instrumento, y esto me lleva a pensar qué hubiera sucedido si desde pequeño me hubieran ofrecido la oportunidad de estudiar música. Posiblemente me hubiera inclinado por hace magisterio musical, antes que elegir educación física. Por el contrario, estoy totalmente convencido de que el bajo nivel de inteligencia matemática se debe a mi mala experiencia con esta asignatura en mi etapa como estudiante.
Con este ejemplo, quiero resaltar la responsabilidad que tenemos como docentes de ofrecer una educación que ayude a nuestro alumnado a formarse como persona, que le permita explorar y desarrollar todo su potencial, todas sus cualidades. 

Estoy totalmente de acuerdo con esta idea de “growth mindset” o mentalidad de crecimiento por la cual, la actitud con la que nos enfrentamos a los retos y aprendizajes que se nos presentan en la vida condicionan nuestra manera de ser, nuestro comportamiento. Por esta razón, se hace aún más necesario ofrecer a nuestro alumnado experiencias educativas positivas y enriquecedoras, que les permitan crecer como personas. Afortunadamente, la ciencia ha avanzado mucho al respecto y hoy contamos con instrumentos que nos ayudan a analizar todos los aspectos de nuestra personalidad. El análisis descriptivo de cada uno de estos aspectos nos ayuda a reflexiona sobre las características, comportamientos, actitudes y disposiciones que nuestro alumnado tiene hacia el aprendizaje. Además, nos permiten diseñar una respuesta educativa inclusiva y ajustada sus características. 

Está en nuestras manos este cambio de actitud, más receptivo y sensible con nuestro alumnado. Tenemos la responsabilidad de crear un ambiente de aprendizaje inclusivo, una escuela inclusiva y ajustada a cada uno de nuestros alumnos, con sus necesidades e intereses.
Salvador Páez Rodríguez


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¿Cómo relaciono ABP y DUA?

 

ABP y DUA de SALVADOR PÁEZ RODRÍGUEZ href="http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/">Licencia de Creative Commons
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domingo, 13 de noviembre de 2022

2.4. Una reflexión sobre DUA.

El Diseño Universal en el la enseñanza es un enfoque didáctico que pretende Proporcionar múltiples formas de representación, de expresión y de implicación o el porqué del aprendizaje en el proceso de enseñanza-aprendizaje de nuestros alumnos. Se trata de una enseñanza que permita al alumnado la posibilidad de sentirse protagonistas de su propio aprendizaje, que se sientan comprometidos y motivados. Sin embargo, este enfoque implica considerar la diversidad entre nuestro alumnado como un factor clave para dar respuesta a su proceso de aprendizaje. No se trata de etiquetar a nuestro alumnado entre aprobados o suspensos o de si supera o no los criterios establecidos para cada materia. El concepto de aprendizaje del alumno es mucho más amplio porque se desarrolla en un contexto que puede facilitarlo o dificultarlo y en el que intervienen tanto factores físicos como sociales o culturales. 

El trabajo de las emociones juega un papel fundamental para que nuestro alumnado se esté motivado y se implique activamente en su aprendizaje desde la curiosidad, la atención, dando feedback adecuado, conectando lo aprendido con su vida diaria. En definitiva, haciendo que se sienta capaz de aprender y sienta que lo que aprende es significativo y útil. Sin embargo, para que este aprendizaje tenga sentido y utilidad, el pensamiento y las emociones deben estar presentes en nuestro el currículum, cosa que no ocurre. La planificación y el desarrollo del currículum debería tener presente la diversidad del alumnado y cumplir con una serie de requisitos como estimular la implicación del alumnado, aplicar medios de presentación y expresión múltiples y diversos, utilizar metodologías activas que promuevan la interacción, colaboración y cooperación entre el alumnado, incorporar procesos e instrumentos participativos de evaluación o seleccionar y elaborar materiales que cumplan con los criterios de igualdad, no discriminación y sostenibilidad, que tengan en cuenta la perspectiva de género y, además, que sean accesibles. Pero esto no está ocurriendo, aún estamos reproduciendo modelos que no se ajustan a la realidad que están viviendo nuestros alumnos y que no dan respuesta a sus intereses y necesidades.

Es cierto, como profesores manejamos mucha información gracias a las nuevas tecnologías y que en gran medida nos ayudan a diseñan metodologías activas que se ajustan a las necesidades e intereses de nuestros alumnos. Afortunadamente, contamos con una multitud de webs que ofrecen contenidos teóricos, imágenes, laboratorios virtuales, demostraciones de diferentes principios científicos, modelizaciones, bancos de imágenes, programaciones de actividades, etc. Herramientas que permiten al alumnado la realización de tareas o la resolución de situaciones y que contribuyen a conseguir ese alumno “experto”. 

El potencial didáctico de estas tecnologías basado en la flexibilidad, permite ofrecer respuestas a procesos específicos. El uso de recursos digitales fomenta los contextos inclusivos porque se ajustan a las necesidades específicas de cada alumno y permiten dar una respuesta didáctica que garantiza y mejora el acceso a la información de todo el alumnado. Sin embargo, y a pesar de contar con todos estos recursos, aún no sabemos de estrategias prácticas que nos ayuden a llevar estas ideas, del plano teórico a la realidad con la que nos enfrentamos cada día en nuestras aulas. Por esta razón, aún seguimos utilizando el mismo patrón para diferentes tallas. Aún estamos lejos de considerar la educación inclusiva de la que se habla en el marco teórico de nuestro currículum pero que no vemos en el día a día de nuestros centros.